lunes, 9 de noviembre de 2009

MEDITACIÓN CON LOS PRECEPTOS DE REIKI

MEDITACION CON LOS PRECEPTOS Y CON LOS ÓRGANOS INTERNOS

Sentados con la postura corporal adecuada para la meditación:

-Esplada derecha, columna vertebral alineada, como si tirasen de un hilo justo desde nuestra coronilla.

-Mentón ligeramente caido

-Ojos cerrados suavemente

-Lengua descansando en el paladar superior en la base de los dientes

-Mandibula relajada

-Dibujar en la boca una pequeña sonrisa

-Brazos, hombros y cuello sin tensión

-Manos reposando en el regazo

-HOY ES EL DIA PARA SER AMABLE Y SENTIRSE ALEGRE-

(La persona que dirija la Meditación repetirá en voz alta el Precepto, seguido de un suave toque con el cuenco)

Vamos a imaginar que estamos en un hermoso día de primavera. El sol acaba de salir y calienta tibiamente nuestra piel. La atmósfera es refrescante y saludable. Estamos debajo de un precioso y enorme árbol. El tronco refleja su salud y su longevidad y el verdor brillante de sus hojas nos reconforta y nos ofrece protección. La hierba mullida y tierna se extiende hasta dónde nuestra vista alcanza. Respiramos lentamente ese aire fresco de primavera y dejamos que a su paso por nuestra nariz, tráquea, bronquios, pulmones, nos purifique. Colocamos nuestras manos sobre el hígado (lado derecho). Imaginamos que ese aire puro pasa por nuestro interior en forma de luz verde brillante y que llega hasta nuestro hígado envolviéndolo y purificándolo. En cada inspiración sentimos la alegría y la amabilidad que nos inspira este precioso día de primavera y en cada espiración expulsamos de nuestro interior todos los sentimientos de ira y de cólera que pudiéramos almacenar. Repetiremos esta respiración profunda abdominal tres veces, de forma lenta y consciente, llevando nuestra atención a llenar de luz verde brillante nuestro hígado y vesícula biliar.

La Maestra toca suavemente el cuenco y repite en voz alta el segundo Precepto

-HOY ES EL DIA PARA AMAR Y RESPETAR A TODOS LOS SERES VIVOS QUE PUEBLAN EL UNIVERSO-

Llevamos las manos a la altura del corazón e imaginamos que estamos en un caluroso día de verano. Las chicharras cantan atronadoras y hasta donde alcanza la vista se extiende un hermoso campo de amapolas rojas. Sentimos nuestro corazón pleno de amor y dicha al contemplar las maravillas de la creación y sentimos que somos parte inseparable de aquello. Respiramos conscientemente y llevamos el aire caliente vivificado por los rayos del sol hasta nuestro corazón y lo rodeamos de una cálida y brillante luz roja. En cada inspiración sentimos Amor y Compasión y con cada espiración expulsamos los sentimientos de odio, orgullo o envidia que podamos albergar y dejamos que salgan de nuestro corazón dejándolo puro y de un rojo brillante. Repetimos tres veces las respiraciones conscientes con la intención de limpiar nuestro corazón de todas las

emociones negativas que pudiera albergar.

La Maestra toca suavemente el cuenco antes de decir en voz alta el tercer Precepto.

-HOY ES EL DIA PARA VIVIR EL PRESENTE CON CONFIANZA-

Llevamos nuestras manos al Bazo (lado izquierdo). Estamos en un hermoso campo de trigo, las espigas doradas están plenas de granos que nos aseguran una buena cosecha. Somos conscientes del regalo que la Madre Tierra nos ofrece años tras años, el regalo de sus frutos, que nos alimentan a nosotros y a nuestras familias. Dentro de nosotros están todas las herramientas que necesitamos para manejar nuestra vida con confianza. Respiramos imaginando que una brillante luz naranja llega hasta nuestro bazo envolviéndolo y sentimos la seguridad y la confianza que nos ofrece la visión del regalo de la Madre Tierra. En cada espiración expulsamos las preocupaciones, la ansiedad y los bloqueos que nos impiden vivir el presente con confianza. Repetimos la respiración tres veces visualizando la brillante luz naranja que limpia y purifica nuestro bazo.

La Maestra toca el cuenco con suavidad y repite en voz alta el cuarto precepto

-HOY ES EL DIA PARA TRABAJAR HONRADAMENTE-

Llevamos nuestras manos hacia los pulmones. Imaginamos que una luz blanca y pura penetra en ellos en cada inspiración. Estamos en un bosque de abedules. Su corteza es blanca como la plata. Es otoño, un precioso atardecer de otoño. El otoño invita a la interiorización, a mirar dentro de nosotros y observar nuestro camino interno. Vemos como el sol se esconde. El viento sopla y mueve con suavidad los abedules que parecen las espadas inhiestas de valerosos guerreros. En cada inspiración esa blanca luz nos llena de valor y de coraje y limpia nuestros pulmones de penas, tristeza y melancolía expulsándolas al exterior para que el viento las aleje de nosotros. Sentimos el valor de enfrentarnos a la vida con la honestidad como nuestra mejor arma. La espada de la honestidad hará que salgamos vencedores de cualquier batalla, tanto interna como externa. Inspiramos luz blanca brillante purificadora que limpia nuestra nariz, nuestros pulmones y nuestro intestino grueso y los rodeamos con esa luz blanca brillante infundiéndonos sentimientos de valor y justicia y expulsamos en cada espiración el humo negro que arrastra las impurezas que albergamos en el interior de los pulmones, tanto las producidas por la polución de la atmósfera, el tabaco, etc…como las que provienen de sentimientos de tristeza o de falta de coraje para reconocer lo que somos, lo que albergamos y trabajar por mejorarlo. Repetimos la respiración por tres veces.

La Maestra toca con suavidad el cuenco y repite en voz alta el quinto y último precepto.

-HOY ES EL DIA PARA HONRAR Y RESPETAR A TUS PADRES, MAESTROS Y ANCESTROS Y AGRADECER LAS BENDICIONES RECIBIDAS-

Llevamos nuestras manos a la zona de los riñones e imaginamos una brillante luz azul violeta oscura, casi negra, que penetra en nosotros hasta llegar a nuestros riñones y vejiga a través de la respiración. Es una oscura noche de invierno, hace frío y llueve. Estamos en nuestra casa familiar y nos sentimos como los gatos, una mezcla de suavidad y tranquilidad, pero en estado de alerta y atención. En cada inspiración sentimos como esa luz violácea oscura y brillante nos infunde tranquilidad, suavidad, atención y en cada espiración expulsamos todos los sentimientos de temor que albergamos. Expulsamos los miedos, expulsamosel estrés, liberándonos de su pesada carga. Imaginamos que en frente de nosotros, mirándonos, están nuestros padres, nuestros maestros, nuestros ancestros y todos aquellos que nos han enseñado algo y desde nuestro corazón les agradecemos las enseñanzas y les mostramos nuestro respeto, aunque esas enseñanzas a veces, hayan sido dolorosas. Agradecemos las bendiciones que hemos recibido porque comprendemos que hemos venido a experimentar y a aprender de esas experiencias, y nuestros padres, maestros y ancestros nos han ofrecido esa oportunidad. Repetimos tres veces la inspiración llevando esa luz violácea brillante hasta nuestros riñones y nuestra vejiga, envolviéndolos y purificándolos.

Poco a poco vamos volviendo de la Meditación para lo que nos ayudaremos masajeando con suavidad los brazos, las piernas, tomando consciencia de nuestro cuerpo físico y finalmente frotaremos la cara (como si la laváramos con agua), las orejas y el cuero cabelludo. Abriremos los ojos y respetaremos el tiempo y el silencio que cada uno requiera.

MERCEDES PÉREZ. MAESTRA DE REIKI